¿Qué es el
Domund?
El Domingo Mundial de las Misiones es el día en que
toda la Iglesia universal reza por la actividad evangelizadora de los
misioneros y misioneras, y colabora económicamente con ellos en su labor, especialmente
entre los más pobres y necesitados.
Con los donativos se subvenciona el sostenimiento
de los misioneros y sus colaboradores. También se atienden otras necesidades
especiales: construcción de iglesias y capillas, formación cristiana, compra de
vehículos..., además de desarrollar proyectos sociales, educativos y
sanitarios.
¿Cuándo se
celebra esta jornada?
La actividad de cooperación espiritual y material
de esta Obra es permanente durante todo el año, pero alcanza especial
significación durante el llamado "Octubre misionero". El día del
DOMUND es el centro de la celebración misionera.
La Celebración propiamente del DOMUND se lleva a
cabo el penúltimo Domingo del mes de Octubre.
Se proponen cinco grandes objetivos
1-Oración
ferviente al Señor para acelerar su reinado en el mundo.
2-Hacer
comprender a todos los fieles el formidable problema misionero.
3-Estimular
el fervor misionero de los sacerdotes y de los fieles.
4-Dar
a conocer mejor la Obra de la Propagación de la Fe.
5-Solicitar
la ayuda económica en favor de las Misiones.
DOMINGO
MUNDIAL DE LAS MISIONES 2012 (21 DE OCTUBRE)
Este año 2012 en las Obras Misionales Pontificias (OMP) hemos
querido unirnos al llamado que nos han hecho nuestros obispos de Venezuela a
reflexionar sobre la Paz y la Reconciliación en nuestro país.
Con el lema: queremos que el Domund 2012 sea tiempo de reflexión sobre nuestro
compromiso misionero de recrear el mundo desde la paz y la justicia.
No es la paz sólo para los míos y los
cercanos, se trata de la paz para todos, para los de mi entorno familiar,
social y eclesial, pero también para los lejanos, para los
pueblos del mundo que no alcanzan la
Paz porqué aún no conocen al Señor que ha reconciliado la humanidad con su
sangre en la cruz (Ef 2,16). La preocupación por las urgencias de nuestro
contexto eclesial y nacional no debe ensombrecer nuestra dimensión misionera de
corresponsabilidad en el anuncio a los que no conocen la Paz que Cristo el
Señor nos ofrece.
En su mensaje de este año para el
Domund el Santo Padre Benedicto XVI nos recuerda que “la misión ad gentes debe
ser el horizonte constante y el paradigma en todas las actividades eclesiales,
porque la misma identidad de la Iglesia está constituida por la fe en el
misterio de Dios, que se ha revelado en Cristo para traernos la salvación, y
por la misión de testimoniarlo y anunciarlo al mundo, hasta que Él vuelva. Como
Pablo, debemos dirigirnos hacia los que están lejos, aquellos que no conocen
todavía a Cristo y no han experimentado aún la paternidad de Dios, con la
conciencia de que “la cooperación misionera se debe ampliar hoy con nuevas
formas para incluir no sólo la ayuda económica, sino también la participación
directa en la evangelización” .
Hagamos del mes del Domund una
oportunidad para orar, reflexionar y celebrar la Paz que la Iglesia Misionera
por mandato de su Señor está llamada a anunciar.
Esforcémonos por mirar el mundo con un
corazón misionero que sufre con los dolores de la humanidad. Oremos por las
Iglesias Mártires de India, Sudán, Nigeria.
Que el Domund sea tiempo de
intercesión por la paz y que nos unamos a todas las comunidades cristianas y
parroquias del mundo que se hermanan en compartir la misión, apoyando la solicitud
misionera del Santo Padre, en su ayuda a las Iglesias de misión. Y en esto
seamos fieles al Señor y al Vicario de Cristo. No olvidemos que el destino
exclusivo de esta colecta es la Congregación para la Evangelización de los Pueblos,
para que, a través de las Obras Misionales Pontificias del mundo, el Santo
Padre distribuya los fondos recaudados a las Iglesias en países de misión, que
se esfuerzan por hacer posible la Paz que Jesús nos dejó como tarea. Para los
proyectos misioneros que muchas de nuestras parroquias, grupos y colegios apoyan, ya habrá
otros días y otras ocasiones.
Finalmente dejemos que sea Juan Pablo,
incasable misionero de la paz, quien termine estas líneas: “La paz es obra
nuestra: exige nuestra acción decidida y solidaria. Pero es inseparablemente y
por encima de todo un don de Dios: exige nuestra oración. Los cristianos deben
estar en primera fila entre aquellos que oran diariamente por la paz; deben
además educar a orar por la paz.” (Juan Pablo II, XII Jornada Mundial de la Paz,
1979).
Con mi afecto y bendición:
P. Andrea Bignotti, imc
Director de las OMP - Venezuela