domingo, 14 de octubre de 2012

CELEBRAMOS EL DOMUND (DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES)

¿Qué es el Domund?
El Domingo Mundial de las Misiones es el día en que toda la Iglesia universal reza por la actividad evangelizadora de los misioneros y misioneras, y colabora económicamente con ellos en su labor, especialmente entre los más pobres y necesitados.
Con los donativos se subvenciona el sostenimiento de los misioneros y sus colaboradores. También se atienden otras necesidades especiales: construcción de iglesias y capillas, formación cristiana, compra de vehículos..., además de desarrollar proyectos sociales, educativos y sanitarios.
¿Cuándo se celebra esta jornada?

La actividad de cooperación espiritual y material de esta Obra es permanente durante todo el año, pero alcanza especial significación durante el llamado "Octubre misionero". El día del DOMUND es el centro de la celebración misionera.
La Celebración propiamente del DOMUND se lleva a cabo el penúltimo Domingo del mes de Octubre.
Se proponen cinco grandes objetivos

1-Oración ferviente al Señor para acelerar su reinado en el mundo.

2-Hacer comprender a todos los fieles el formidable problema misionero.

3-Estimular el fervor misionero de los sacerdotes y de los fieles.

4-Dar a conocer mejor la Obra de la Propagación de la Fe.

5-Solicitar la ayuda económica en favor de las Misiones.


DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES 2012 (21 DE OCTUBRE)

Este año 2012 en las Obras Misionales Pontificias (OMP) hemos querido unirnos al llamado que nos han hecho nuestros obispos de Venezuela a reflexionar sobre la Paz y la Reconciliación en nuestro país.

Con el lema: queremos que el Domund  2012 sea tiempo de reflexión sobre nuestro compromiso misionero de recrear el mundo desde la paz y la justicia.

No es la paz sólo para los míos y los cercanos, se trata de la paz para todos, para los de mi entorno familiar, social y eclesial, pero también para los lejanos, para los

pueblos del mundo que no alcanzan la Paz porqué aún no conocen al Señor que ha reconciliado la humanidad con su sangre en la cruz (Ef 2,16). La preocupación por las urgencias de nuestro contexto eclesial y nacional no debe ensombrecer nuestra dimensión misionera de corresponsabilidad en el anuncio a los que no conocen la Paz que Cristo el Señor nos ofrece.

En su mensaje de este año para el Domund el Santo Padre Benedicto XVI nos recuerda que “la misión ad gentes debe ser el horizonte constante y el paradigma en todas las actividades eclesiales, porque la misma identidad de la Iglesia está constituida por la fe en el misterio de Dios, que se ha revelado en Cristo para traernos la salvación, y por la misión de testimoniarlo y anunciarlo al mundo, hasta que Él vuelva. Como Pablo, debemos dirigirnos hacia los que están lejos, aquellos que no conocen todavía a Cristo y no han experimentado aún la paternidad de Dios, con la conciencia de que “la cooperación misionera se debe ampliar hoy con nuevas formas para incluir no sólo la ayuda económica, sino también la participación directa en la evangelización” .

Hagamos del mes del Domund una oportunidad para orar, reflexionar y celebrar la Paz que la Iglesia Misionera por mandato de su Señor está llamada a anunciar.

Esforcémonos por mirar el mundo con un corazón misionero que sufre con los dolores de la humanidad. Oremos por las Iglesias Mártires de India, Sudán, Nigeria.

Que el Domund sea tiempo de intercesión por la paz y que nos unamos a todas las comunidades cristianas y parroquias del mundo que se hermanan en compartir la misión, apoyando la solicitud misionera del Santo Padre, en su ayuda a las Iglesias de misión. Y en esto seamos fieles al Señor y al Vicario de Cristo. No olvidemos que el destino exclusivo de esta colecta es la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, para que, a través de las Obras Misionales Pontificias del mundo, el Santo Padre distribuya los fondos recaudados a las Iglesias en países de misión, que se esfuerzan por hacer posible la Paz que Jesús nos dejó como tarea. Para los proyectos misioneros que muchas de nuestras  parroquias, grupos y colegios apoyan, ya habrá otros días y otras ocasiones.

Finalmente dejemos que sea Juan Pablo, incasable misionero de la paz, quien termine estas líneas: “La paz es obra nuestra: exige nuestra acción decidida y solidaria. Pero es inseparablemente y por encima de todo un don de Dios: exige nuestra oración. Los cristianos deben estar en primera fila entre aquellos que oran diariamente por la paz; deben además educar a orar por la paz.” (Juan Pablo II, XII Jornada Mundial de la Paz, 1979).

Con mi afecto y bendición:

P. Andrea Bignotti, imc

Director de las OMP - Venezuela